La isla de Gran Canaria es la segunda más poblada del archipiélago canario y forma parte de la provincia oriental de Las Palmas de Gran Canaria, que es su capital. Cada año, recibe varios millones de turistas procedentes de todo el mundo, y es que además de un clima agradable la mayor parte del año, cuenta con kilómetros de playas de arena clara y una infinidad de lugares en los que perderse para no querer volver.
Dentro de las playas, las opciones son múltiples, pero las más conocidas son la playa de Las Canteras, en la capital, donde puedes aprovechar para ver la llamada Catedral de Canarias y demás monumentos que alberga; playa del Inglés, muy turística, pero apta para toda la familia; Anfi del mar, para quienes disfruten con las construcciones humanas, o Güi Güi, si por el contrario buscas algo virgen.
En los pueblos, además de la capital hay que visitar Teror, Agaete o Arucas. En todos ellos podrás obtener una muestra de la historia de la isla, tanto por restos aborígenes como por las construcciones que quedaron con las conquistas. Cada uno de ellos con un encanto especial y prácticamente siempre acompañados de costa.
Para explorar la naturaleza, las opciones se multiplican aún más, pero son visitas obligadas la roca volcánica Roque Nublo; las Dunas de Maspalomas, para conocer de cerca lo que es un desierto; el Parque Natural de Tamadaba, con bosques de pino canario, o las calderas de Bandama y Tejeda, si quieres acercarte a los volcanes e imaginar la ferocidad que se esconde bajo su aparente tranquilidad.
Por ser una isla con menor elevación que las occidentales, resulta más sencilla de visitar y explorar que otras islas del archipiélago canario. Pero eso no significa que los puntos de interés sean pocos. Si quieres empaparte de la belleza de esta isla, ¡estos son los sitios que tienes que ver en Gran Canaria!
El Roque Nublo es el lugar más conocido en toda la isla. Se trata de una roca volcánica de 80 metros de altura que se alza a más de 1.800 metros sobre el mar. Tiene una antigüedad de varios millones de años, fruto de las erupciones volcánicas que tuvieron lugar en la isla. Para los aborígenes, era sagrado y un espacio de culto. Hoy, es una visita obligada para el turismo.
Canarias y la costa africana tienen más en común de lo que muchas personas querrían aceptar. Como por ejemplo, los espacios desérticos. Y es que Fuerteventura, a tan solo 100km de África, no es la única isla que cuenta con preciosas dunas de arena dorada. En Gran Canaria podrás visitar las Dunas de Maspalomas, una reserva natural especial que alberga varios ecosistemas en el municipio de San Bartolomé de Tirajana, al sur de la isla.
Con 7.500 hectáreas, este parque se extiende desde el corazón de la isla hasta la costa, y te llevará por bosques de pino canario, barrancos y acantilados. Cuenta con materiales de 14 millones de años y es la región menos afectada por la intervención humana. Si quieres visitar un auténtico espacio natural, ¡este es el sitio idóneo! Puedes adentrarse en sus senderos o dirigirte al Mirador del Balcón para obtener las mejores vistas panorámicas de la zona.
A diferencia de los lugares anteriores, estas oquedades en la piedra de la montaña de Gallego son obra de la mano humana, en concreto de los aborígenes, que cavaron estos huecos en la piedra para guardar la cosecha y que quedara refugiada de la climatología y de los animales. Ha sido declarado Bien de Interés Cultural.
Espacio Natural Protegido, su nombre viene de Van Damme, el apellido de un belga que vino a plantar viñedos en la caldera. Tiene un perímetro de más de tres kilómetros y una profundidad de 216 metros.
En la isla de Gran Canaria hay opciones de playas para todos los gusto. Desde las urbanas con todos los servicios, perfectas para las familias; las vírgenes con difícil acceso para alejarse de la civilización, y las artificiales, para quienes prefieren quedarse en el estándar de playa tradicional. Los nombres más importantes son Anfi del Mar, que en este caso fue un noruego quien decidió importar arena para crear un pequeño Caribe; Amadores, urbana y muy concurrida; playa del Inglés, la más conocida y por ello turística; Güi Güi, que es virgen, y Las Canteras, que es la playa de la capital.
Algunos de los pueblos de la isla los podrás conocer en combinación con la visita a la playa, como es el caso de Las Palmas, una ciudad cosmopolita con multitud de monumentos de interés, como el Castillo de la Luz o la Catedral de Canarias; Agaete, con un casco histórico de casas blancas, una necrópolis de Maipés y piscinas naturales; Teror, junto al parque de Doramas y con casas típicas canarias; el fotogénico Puerto de Mogán, con casas de pescadores antiguas, o Arucas, con una impresionante catedral y localidad donde se fabrica el popular ron Arehucas.
Los encantos que desprende la isla te bastarán para ver tus expectativas satisfechas durante el viaje, pero si también quieres profundizar en la cultura canaria, la gastronomía es una excelente forma de comenzar. Marcada por la presencia del mar y las tradiciones de las islas, los platos típicos que comer en Gran Canaria son otra razón para querer quedarse a vivir aquí para siempre. ¡Estos son los más destacados!
Con una fama que ya va más allá de nuestras fronteras, las papas arrugadas con mojo están siempre presentes en las mesas de cualquier casa o restaurante. Se cuecen con agua muy salada, lo que hace que la piel se termine arrugando y resulte muy sabrosa. Para acompañar, la tradicional salsa de las islas, el mojo, que puede ser verde si se elabora con cilantro, o rojo cuando lleva pimentón.
Aunque no es exclusivo de las islas, ya que también se come en Latinoamérica, es un plato caliente que se prepara, en teoría, con sobras. Estas serían garbanzos, carne y lo que haya sobrado del puchero. A la mezcla se le añaden papas fritas, ajo y cebolla, pimiento rojo y especias varias.
El puchero canario es otro de los platos principales y se prepara con carne, hortalizas, legumbres y papas, y se le puede añadir batata, bubango y piña de millo.
Esta planta acuática es una de las más antiguas que se conocen, y en Canarias es muy popular para preparar potajes o para sándwiches. Al potaje se le añaden también judías blancas, piñas de millo, hortalizas, papas y carne.
Este plato típico se prepara con pescado, que suele ser corvina o cherne, y al que se le añade batata con piel, papas arrugadas, mojo y un poco de gofio. Para que todo se mezcle, se le echa un poco de agua o caldo de pescado y aceite. Aunque se puede comer cualquier día, es habitual del Viernes Santo.
Como decíamos, la influencia del océano Atlántico no se puede negar y, por eso, el pescado fresco es uno de los grandes manjares en las islas. La vieja es el pescado más habitual para comer a la plancha, y que se sirve, cómo no, con ensalada y papas arrugadas.
Este plato existe también en otras partes del país, pero aquí la receta es propia. El conejo se trocea y se marina con varias especias, sal, vinagre y vino blanco. Al cabo de unas horas, se fríe y se acompaña de papas.