31 de enero de 2024
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Italia es uno de los países más bonitos que hay en todo el mundo. Por lo menos, desde el punto de vista de sus monumentos y joyas arquitectónicas. Si has decidido visitarlo durante tus vacaciones, es probable que hayas incluido en tu ruta varias ciudades con un par de días para cada una. Hoy nos centramos en la capital, y te contamos qué ver en Roma en tres días. Un plazo suficiente para poder recorrer con calma sus incontables obras de arte y alternar con la esencia de la ciudad. ¡Allá vamos!
Un buen punto de partida en Roma es uno de los monumentos más impactantes: el Coliseo. Se trata de un anfiteatro que resulta imponente cuando te sitúas junto a él, y más si tenemos en cuenta que está en medio de la ciudad. Es testimonio de la grandeza del Imperio romano y una de las estructuras más impresionantes del mundo antiguo. Puedes quedarte en el exterior o comprar una entrada para visitarlo por dentro y pasear por sus pasillos e imaginar las batallas épicas que tuvieron lugar en este recinto.
A poca distancia del Coliseo se encuentra el Foro Romano, un complejo de ruinas que fue el centro político, religioso y comercial de la antigua Roma. Para visitarlo al completo necesitarás algunas horas, ya que cuenta con ruinas de templos, edificios de gobierno y plazas, con una antigüedad que supera los 2 mil años.
Y para completar tu primer día con ruinas históricas, continúa andando y dirígete a lo alto del Monte Palatino. Habitado desde el año 1.000 a.C., aquí se fundó en su día la ciudad. Además de las vistas panorámicas, quedan ruinas de palacios imperiales, termas y templos.
Comienza tu segunda jornada en tu plan de qué ver en Roma en tres días empapándote de la cultura y el arte que aquí asoma en cada esquina. Por ejemplo, puedes dirigirte a la Ciudad del Vaticano, a menudo masificada, por lo que es interesante acercarse a primera hora. Aquí te esperan la plaza y la basílica de San Pedro, así como los Museos Vaticanos, que son varias galerías de arte clásico y renacentista, y la Capilla Sixtina, donde se encuentra la bóveda del siglo XVI con los frescos de Miguel Ángel.
Una vez completada tu visita, cruza el río y dirígete al Panteón. Este templo data del 120 d.C. aproximadamente, y además de su cúpula, tiene de interés las tumbas renacentistas, entre ellas la del pintor Rafael.
Y puesto que te queda de paso, recorre la Piazza Navona, conocida por sus fuentes y esculturas. Pero también por ser un centro neurálgico, con mucho ambiente tanto de turistas como de locales haciendo vida social y cultural. Si te quedan fuerzas, explora el barrio de Trastevere, con calles estrechas en las que abundan las tiendas de artesanía y los bares con gastronomía local. ¡Una zona perfecta para cenar!
En tu tercer día en Roma, y puesto que ya has visto todos los monumentos principales, aprovecha para adentrarte en la ciudad y pasear sin rumbo. ¡Así es como se descubren los mejores rincones para inmortalizarlos con una foto!
En el Jardín de Rosas del Monte Aventino, tendrás vistas panorámicas de la ciudad y una colección de rosas que deslumbran con su belleza y fragancia. Si necesitas algo de tranquilidad para alejarte del caos que caracteriza a esta ciudad, aquí encontrarás lo que estás buscando.
Si te apetece ver arquitectura diferente, visita el Barrio Judío, con sinagogas, museos y su conocido guetto. Desde aquí, puedes cruzar el Puente Fabricio, que es el más antiguo de Roma, construido en el 62 a.C., y llegar a la isla Tiberina. Aquí se encontraba el Templo de Esculapio, el dios de la medicina. Hoy es un bonito lugar para dar un paseo y mirar el río.
Aunque a más distancia, tampoco te puedes perder la Plaza de España, donde te recibirá la preciosa y elegante Fontana della Barcaccia y su escalinata, o la Fontana di Trevi, de estilo rococó con varias esculturas y siempre llena de gente lanzando monedas. Según la tradición, al lanzar tres monedas te casarás con la persona que hayas conocido. Quién sabe, ¡igual regresarás a Roma para una luna de miel!
Y para parques grandes, nada como el de Villa Borghese, donde podrás perderte literalmente en su interior. Si no quieres que se te vaya el día, basta con que disfrutes de la vista del mirador desde el que se ve la plaza del Popolo, que es otra de las más conocidas.
Con independencia de en qué momento de tu planificación sobre qué ver en Roma en tres días te encuentres, no puedes pasar por alto en tu visita la gastronomía romana. En el barrio de Trastevere, te esperan multitud de trattorias de estilo auténtico donde podrás degustar especialidades locales. Por ejemplo, la pasta cacio e pepe y la saltimbocca alla romana.
En tu visita al barrio judío, aprovecha para probar una pizza alternativa, la pizza bianca. Que se caracteriza por estar elaborada con pan esponjoso y sabroso, cuyo sabor es delicioso. Si quieres algo más elegante, dirígete al barrio de Testaccio; aquí hay varias tabernas antiguas y restaurantes tradicionales. Los platos más típicos son la coda alla vaccinara o rabo de toro estofado, y la pasta amatriciana.
Si además de platos, quieres una experiencia entretenida, visita la plaza de Campo dei Fiori. Además de por las fuentes, monumentos y estatuas, es conocida por su mercadillo lleno de vida. De todos los que hay en la ciudad, este es el más céntrico y el de mayor tamaño. En cuanto a los productos disponibles, abundan los frescos y locales, como queso, fruta, carne y verduras.
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